Pastorcitos de Fátima
La fe conduce; nos conduce a Dios, a la Santísima Virgen y a los santos. Es la fe que le da respuesta a las preguntas sobre la vida terrena y eterna. Es también la fe que lo lleva a recurrir a Dios y a los santos, nuestros poderosos intercesores, en las grandes dificultades, principalmente en las enfermedades, cuando la ciencia humana ya no puede hacer nada. Quien tiene poca fe debe, en primer lugar, buscar ayuda en la oración, para que Dios le conceda una fe más fuerte y más viva. Movido por el amor al prójimo el cristiano quiere también ayudar a los otros con su oración pidiendo a Dios que los ayude y les dé fuerzas para llevar su cruz siguiendo a Jesús y ofreciendo todo por su propia salvación y por la salvación de los otros. Los pastorcitos sabían bien esta doctrina y socorrieron a muchos pecadores y enfermos con oraciones y sacrificios.
(Del libro de Francois et Jacinthe de J. F. de Louvencourt, Editions Benedictines 2001, reproducimos estas bellas oraciones que, en forma de novena, pueden ser utilizadas para invocar a los Pastorcitos y al mismo tiempo contemplar sus virtudes elevando hasta ello nuestra oraciones).
Oración inicial
Oh Santísima Trinidad, Padre, Hijo y Espíritu Santo. Te adoro profundamente con todos los poderes de mi alma y te agradezco de todo corazón por las apariciones de la Santísima Virgen en Fátima a través de las cuales se manifestaron en el mundo los tesoros del Inmaculado Corazón. Por los méritos infinitos del Sagrado Corazón de Jesús y a través de la intercesión del Inmaculado Corazón, te imploramos, si es para tu mayor gloria y el bien de las almas, que nos alcances por la intercesión de los beatos Jacinta y Francisco la gracia que te imploramos.
Padre nuestro. Ave María. Gloria.
Nuestra Señora de Fátima, ruega por nosotros.
Beata Jacinta Marto, ruega por nosotros.
Beato Francisco Marto, ruega por nosotros.
Primer día
Francisco y Jacinta, que tanto han rezado a los Ángeles y tuvieron la alegría de recibir la visita del Ángel de la Paz, enséñenos a rezar como ustedes. Muéstrenos cómo vivir en su compañía y ayúdenos a ver en ellos los adoradores del Altísimo, los servidores de Nuestro Señor, nuestros fíeles protectores y mensajeros de la paz.
Padre nuestro. Ave María. Gloria. Oh Dios, por el amor que María Santísima mostró a Francisco y Jacinta en Fátima y en honor a ellos, te rogamos te dignes concedernos este favor (hacer en silencio la petición), te lo pedimos por Jesucristo, tu Hijo, que contigo vive y reina en la unidad del Espíritu Santo por los siglos de los siglos. Amén. Francisco y Jacinta, intercedan por nosotros.
Segundo día
Pastorcitos, vosotros que habéis visto a la Señora tan linda, más brillante que el Sol, y que en el mismo instante aceptasteis ofreceros totalmente a Dios, enséñenos también a ofrecernos generosamente. Dennos valor, recordándonos de que, en todos los momentos de nuestra vida, incluso en aquellos en que más nos hagan sufrir, la gracia de Dios será nuestro consuelo. Y háganos descubrir en Nuestra Señora, a Aquella que es toda Bella, toda Santa y toda Inmaculada.
Padre nuestro. Ave María. Gloria. Oh Dios, por el amor que María Santísima mostró a Francisco y Jacinta en Fátima y en honor a ellos, te rogamos te dignes concedernos este favor (hacer en silencio la petición), te lo pedimos por Jesucristo, tu Hijo, que contigo vive y reina en la unidad del Espíritu Santo por los siglos de los siglos. Amén. Francisco y Jacinta, intercedan por nosotros.
Tercer día
Francisco y Jacinta, a quienes Nuestra Señora prometió llevar con Ella para el Cielo y a quienes mostró Su Corazón clavado de espinas, vuélvanos sensibles a los dolores que le causan las blasfemias y las ingratitudes de los hombres. Concédanos que también nosotros la podamos reconfortar con nuestras oraciones y sacrificios. Y aumenten en nosotros el deseo del Cielo, allá en donde todavía, juntos por nuestro amor, la podremos consolar mejor.
Padre nuestro. Ave María. Gloria. Oh Dios, por el amor que María Santísima mostró a Francisco y Jacinta en Fátima y en honor a ellos, te rogamos te dignes concedernos este favor (hacer en silencio la petición), te lo pedimos por Jesucristo, tu Hijo, que contigo vive y reina en la unidad del Espíritu Santo por los siglos de los siglos. Amén. Francisco y Jacinta, intercedan por nosotros.
Cuarto día
Queridos Pastorcitos, que quedaron horrorizados con la visión del infierno y tan impresionados por los sufrimientos del Santo Padre, enséñenos a utilizar los dos grandes medios que Nuestra Señora les indicó para salvar las almas: la Consagración a su Inmaculado Corazón y la comunión reparadora de los Primeros Sábados. Recen con nosotros por la paz en el mundo, por el Santo Padre y por la Iglesia. Pidan con nosotros a Dios que nos libre del infierno y lleve todas las almas para el Cielo.
Padre nuestro. Ave María. Gloria. Oh Dios, por el amor que María Santísima mostró a Francisco y Jacinta en Fátima y en honor a ellos, te rogamos te dignes concedernos este favor (hacer en silencio la petición), te lo pedimos por Jesucristo, tu Hijo, que contigo vive y reina en la unidad del Espíritu Santo por los siglos de los siglos. Amén. Francisco y Jacinta, intercedan por nosotros.
Quinto día
Francisco y Jacinta, ustedes a quienes Nuestra Señora pidió que rezaran e hicieran sacrificios por los pecadores abandonados por no tener a nadie que se sacrificase y pidiese por ellos, hagan que nosotros sintamos el mismo llamamiento por todas esas almas en aflicción. Ayúdenos a interceder por la conversión del mundo. Dennos su confianza inamovible en la bondad de Nuestra Señora que desborda de amor por todos sus hijos, y en la misericordia de Dios que quiere que todos los hombres se salven.
Padre nuestro. Ave María. Gloria. Oh Dios, por el amor que María Santísima mostró a Francisco y Jacinta en Fátima y en honor a ellos, te rogamos te dignes concedernos este favor (hacer en silencio la petición), te lo pedimos por Jesucristo, tu Hijo, que contigo vive y reina en la unidad del Espíritu Santo por los siglos de los siglos. Amén. Francisco y Jacinta, intercedan por nosotros.
Sexto día
Pastorcitos que vieron a Nuestra Señora en su deslumbrante e incomparable belleza y que saben que nosotros no la vimos, muéstrenos como podremos contemplarla desde ahora con los ojos de nuestro corazón. Háganos comprender el maravilloso mensaje que Ella les confió. Ayúdenos a vivirlo plenamente y darlo a conocer en nuestro entorno y a través del mundo.
Padre nuestro. Ave María. Gloria. Oh Dios, por el amor que María Santísima mostró a Francisco y Jacinta en Fátima y en honor a ellos, te rogamos te dignes concedernos este favor (hacer en silencio la petición), te lo pedimos por Jesucristo, tu Hijo, que contigo vive y reina en la unidad del Espíritu Santo por los siglos de los siglos. Amén. Francisco y Jacinta, intercedan por nosotros.
Séptimo día
Francisco y Jacinta, a quienes Nuestra Señora dijo querer una capilla en su honor y reveló ser “la Señora del Rosario”, enséñenos a rezar el Rosario contemplando los misterios de la vida de Su Hijo Jesús. Inflamadnos de su amor para que con ustedes podamos amar a Nuestra Señora del Rosario y adorar a Jesús escondido más realmente presente en las capillas de las iglesias.
Padre nuestro. Ave María. Gloria. Oh Dios, por el amor que María Santísima mostró a Francisco y Jacinta en Fátima y en honor a ellos, te rogamos te dignes concedernos este favor (hacer en silencio la petición), te lo pedimos por Jesucristo, tu Hijo, que contigo vive y reina en la unidad del Espíritu Santo por los siglos de los siglos. Amén. Francisco y Jacinta, intercedan por nosotros.
Octavo día
Niños tan queridos de Nuestra Señora, padecieron grandes sufrimientos durante vuestra enfermedad y serenamente los aceptaron completándolos en el ofrecimiento definitivo de vuestra vida, enséñenos a ofrecer también nuestras privaciones. Muéstrenos como el sufrimiento nos configura con Cristo, Él que quiso rescatar el mundo por la cruz. Y háganos descubrir que el sufrimiento nunca es en vano, pero si fuente de purificación para nosotros mismos, de salvación para otros y de amor hacia Dios.
Padre nuestro. Ave María. Gloria. Oh Dios, por el amor que María Santísima mostró a Francisco y Jacinta en Fátima y en honor a ellos, te rogamos te dignes concedernos este favor (hacer en silencio la petición), te lo pedimos por Jesucristo, tu Hijo, que contigo vive y reina en la unidad del Espíritu Santo por los siglos de los siglos. Amén. Francisco y Jacinta, intercedan por nosotros.
Noveno día
Francisco y Jacinta a quienes la muerte no asustó, ustedes a quienes Nuestra Señora vino a buscar para llevar al Cielo, enséñenos a mirar a la muerte no como un desaire o un contrasentido, sino como único medio de pasar de este mundo hacia Dios, para entrar en la luz eterna donde encontraremos a aquellos que amamos. Y dennos la certeza de que este paso nada tiene de temible, pues no lo haremos solos sino con vosotros y con Nuestra Señora.
Padre nuestro. Ave María. Gloria. Oh Dios, por el amor que María Santísima mostró a Francisco y Jacinta en Fátima y en honor a ellos, te rogamos te dignes concedernos este favor (hacer en silencio la petición), te lo pedimos por Jesucristo, tu Hijo, que contigo vive y reina en la unidad del Espíritu Santo por los siglos de los siglos. Amén. Francisco y Jacinta, intercedan por nosotros.
Letanías de Francisco y Jacinta
Señor, ten piedad de nosotros.
Cristo, ten piedad de nosotros.
Señor, ten piedad de nosotros.
Dios Padre, Creador del mundo, ten piedad de nosotros.
Dios Hijo, Redentor de los hombres, ten piedad de nosotros.
Dios Espíritu Santo, Perfección de los elegidos, ten piedad de nosotros.
Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros.
Nuestra Señora del Rosario…
Corazón Inmaculado de María…
Francisco y Jacinta, niños bendecidos por Dios…
Niños tan queridos del Corazón de Nuestra Señora…
Niños tan queridos de todos nosotros…
Pastorcitos maravillados por la creación…
Pastorcitos admirando el cielo estrellado…
Pastorcitos acariciando los corderitos blancos…
Pastorcitos de mirada limpia…
Pastorcitos de sonrisa angelical…
Pastorcitos de alma cristalina…
Corazones apasionados de la belleza…
Corazones hambrientos de la verdad…
Corazones desbordantes de amor…
Pasmosas maravillas de oraciones…
Fuentes desbordantes de sacrificios…
Ofrecimientos totales prontos para el martirio…
Francisco, pacífico y contemplativo…
Tú, consolador de Dios…
Tú, que haz fallecido sonriendo…
Jacinta, fiel aliada del Santo Padre…
Tú, apóstol del Corazón Inmaculado de María…
Tú, amiga de los pecadores…
Ustedes dos, compañeros de los ángeles, rueguen por nosotros
Confidentes de Nuestra Señora…
Testimonios vivos de Su Mensaje…
Ustedes, apasionados de Dios…
Vigías al lado de Jesús escondido…
Adoradores de la Santísima Trinidad…
Estrellas de luz para la humanidad…
Zarzas ardientes del Altísimo…
Llamaradas de amor hacia la eternidad…
Cordero de Dios que quitas los pecados del mundo, perdónanos Señor.
Cordero de Dios que quitas los pecados del mundo, escúchanos Señor.
Cordero de Dios que quitas los pecados del mundo, ten piedad y misericordia de nosotros.
Oremos.
Dios, que has concedido a los dos Pastorcitos volverse dos pequeñas zarzas ardientes, tan inflamados de amor por el Santo Padre y por los pecadores como abrasados de amor hacia Nuestra Señora y Jesús escondido, haz que nos volvamos otros Franciscos y otras Jacintas, para que por nuestra parte ardamos del mismo amor y con ellos nosotros nos encontremos todos juntos en el Cielo a los pies de Nuestra Señora para adorar a la Santísima Trinidad. Por Jesucristo Nuestro Señor.
Amén.